Chicago parece estos días Bodega Bay, la tranquila población costera californiana que aterrorizaron los pájaros de Alfred Hitchcock. Un creciente número de personas en la ciudad de Illinois han sido víctimas de ataques de aves, aunque, en este caso, no hay misterio sino una explicación absolutamente natural.
Los pájaros que se están lanzado con agresiva determinación sobre viandantes y ciclistas son una especie autóctona de Estados Unidos y una de las más comunes en Norteamérica, el mirlo de alas rojas (agelaius phoeniceus). Pequeños, negros y con dos mechones de plumas rojas en las alas, los machos se vuelven especialmente agresivos en la temporada de cría, defendiendo con fiereza su terrritorio, en el que pueden albergar a crías de hasta 15 hembras. Cuando alguien se inmiscuye en su terreno, los machos se lanzan al ataque, y llegan a perseguir a sus víctimas hasta 100 metros picoteándoles en la cabeza o el cuerpo.
Los ataques, según Doug Stotz, un ornitólogo local que ha hablado con varios medios de comunicación de Chicago, tienen otras explicaciones. Por ejemplo, la especie, que puede encontrarse en casi cualquier lugar, se ha vuelto especialmente agresiva en zonas urbanas, incomodada por los sonidos del tráfico.
Stotz es uno de los que han propuesto soluciones, un pasatiempo al que se están sumando lectores de periódicos y bloggers. Mientras el ornitólogo recomienda sostener la mirada al pájaro para evitar el ataque, gente como Jerome Borden, que escribió su sugerencia al Chicago Tribune, recomienda agitar los brazos para hacer pensar al animal que se encuentra ante un depredador mayor, tipo halcón.
Otros lectores, como Karl Wingenbach, habían sugerido que cubrirse la cabeza era la mejor prevención, pero su teoría se demostró un mito el viernes. Hitchcock --que es como un grupo de empleados locales ha bautizado a uno de los pájaros atacantes-- se lanzó en picado ese día contra un hombre que llevaba una gorra de béisbol.
Stotz es uno de los que han propuesto soluciones, un pasatiempo al que se están sumando lectores de periódicos y bloggers. Mientras el ornitólogo recomienda sostener la mirada al pájaro para evitar el ataque, gente como Jerome Borden, que escribió su sugerencia al Chicago Tribune, recomienda agitar los brazos para hacer pensar al animal que se encuentra ante un depredador mayor, tipo halcón.
Otros lectores, como Karl Wingenbach, habían sugerido que cubrirse la cabeza era la mejor prevención, pero su teoría se demostró un mito el viernes. Hitchcock --que es como un grupo de empleados locales ha bautizado a uno de los pájaros atacantes-- se lanzó en picado ese día contra un hombre que llevaba una gorra de béisbol.
La buena noticia para los ciudadanos de Chicago es que la temporada de cría, que empezó el pasado mayo, acaba a finales de julio. Ya solo queda un mes.
(Fuente: El Periodico)
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